¿Por qué usar recubrimientos intumescentes en estructuras metálicas?

Los recubrimientos intumescentes son la barrera pasiva más eficiente para proteger estructuras metálicas frente al colapso térmico durante un incendio. Cuando la temperatura supera los 200 °C, la pintura se expande hasta 50 veces su espesor original, generando una espuma aislante que mantiene el acero por debajo del límite crítico de 500 °C durante 30, 60 o 120 minutos, según la especificación. Esto gana tiempo vital para la evacuación y la intervención de bomberos, a la vez que minimiza daños estructurales y costes de reconstrucción. Cumplir la norma EN 13381 y los requerimientos del Eurocódigo 3 es fundamental: los ensayos de carga de fuego establecen el espesor necesario en función del factor de sección y la resistencia deseada. A diferencia de los morteros ignífugos, las pinturas intumescentes pesan menos, mejoran la estética y permiten inspeccionar el acero sin demoler capas. Invertir en protección intumescente eleva la seguridad y añade valor a cualquier proyecto industrial o comercial.