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Errores comunes al aplicar recubrimientos industriales y cómo evitarlos

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Aplicar recubrimientos industriales parece sencillo, pero pequeños fallos multiplican los costes y acortan la vida útil del sistema. El error más común es saltarse la preparación de superficie: restos de óxido o sal provocan ampollas y delaminación prematura. Usa granallado o hidrolimpieza de alta presión hasta lograr grado Sa 2½ y verifica la rugosidad con comparadores. Otro fallo habitual es aplicar capas demasiado finas; un espesor inferior al recomendado reduce la protección catódica y expone la superficie a corrosión filiforme. Controla la película húmeda con peines y calibra los equipos airless. Igual de grave es no respetar los tiempos de repintado: si la primera capa cura en exceso, el anclaje químico se pierde; si está aún húmeda, se forman burbujas de solvente. Finalmente, muchos aplicadores ignoran la climatología: temperatura del sustrato por debajo del punto de rocío o humedad relativa superior al 85 % condenan el trabajo. Planificar, medir y registrar cada parámetro evita repeticiones y asegura la durabilidad del recubrimiento.